El Señor a menudo dio amonestaciones a Jakob Lorber quien las mantuvo en consideración fielmente. (Nota: Estas amonestaciones también están dirigidas a todas las personas).
• No mires al Señor con un solo ojo, escuches Su Voz con un solo oído y, al mismo tiempo, te aferres al mundo con el otro ojo y el otro oído, sino más bien presta toda tu atención al Señor.
• No seas demasiado aficionado al vino para no caer en todo tipo de fornicación, después de lo cual necesitarías mucho tiempo para encontrar de nuevo el camino a la Gracia de Dios.
• Sé humilde, no te eleves en secreto y, mucho menos, manifiestamente delante de tus hermanos.
• No seas lascivo, ni robes en la adversidad o necesidad. No te regodees o deleites en lo que te gusta, ni te portes mal, porque entonces el don de Sabiduría se debilitará en ti.
• No te vanaglories del don de Sabiduría, porque entonces Yo te lo quitaré, con lo cual el mismo desaparecerá del todo y solo quedará de ti un mal nombre.
• No te aferres al juicio de la gente y ni tengas miedo de sus burlas o maldades. Recuerda que Yo siempre voy más allá del alcance de todas las personas, de lo contrario serías (espiritualmente) ciego y sordo y ya no podrías escuchar Mi voz .
• No te preocupes por las palabras de la boca de personas con espíritus inmundos y puramente mundanos. Deja que esos sabiondos hablen; no te preocupes que consideren como locura absurda toda Palabra del Señor, sea ella vieja, nueva o del todo nueva.
• Puedes vivir en cualquier lugar, pero no junto a algún prostituido.
• Antes de tratar y purificar a las personas del sexo opuesto, primero debes prestar atención y explorar las profundidades de tu propio corazón y observar las cosas que aún están ocultas allí. Puedes acercarte a cualquiera en el Nombre del Señor, pero el Reino de Dios no se encuentra en ninguna parte sino solo con Él a través de la Fe, el Amor y la Abnegación total. Solo cuando estés completamente desapegado del mundo en tu corazón podrás decir fielmente: "¡Señor, aquí estoy! El mundo se ha vuelto repugnante para mí. ¡Pero Tú eres todo, todo, todo para mí! Ahora no quiero nada más que solo a Ti!" Sólo entonces puede venir el Señor.
• Preserva y purifica tu corazón para que esté ordenado, y para que, en caso que el Señor quiera venir inesperadamente un día, no se vea obligado a volverse a ir.
• Trabaja con honestidad y sin ánimo de lucro, del tal manera que el salario estará listo, en el momento adecuado, de acorde con el trabajo. Pero nunca pienses en el salario, sino siempre piensa en el Señor y en la obra que proviene de Él, esta es la manera cómo se obtiene la mayor recompensa en tu interior.
• Incluso cuando recibas críticas malintencionadas o calumnias, no pidas que llueva azufre y fuego del cielo, sino sé manso y humilde como lo es el Señor y permanece siempre lleno de Amor, Mansedumbre y Paciencia hacia los hermanos y hermanas. De esta manera se les ayudará más a ellos que con el azufre y el fuego del cielo.
• Después de unos años, los amigos de Jakob Lorber fueron amonestados por el Señor para el caso en que quisieran un consejo especial o consuelo de Él, debían dirigirse a Él en sus corazones con mucha seriedad y no a Jakob Lorber, porque entonces sería algo a medias, como si Lorber fuera un dispensador arbitrario de las Gracias del Señor y el Señor bailara al ritmo de Lorber. El Señor ya no hizo eso después de que se desveló las "diez letras", es decir el mensaje de los diez amigos íntimos de la obra principal, el "Gobierno de Dios" (GobD1.3.12), más bien Lorber tuvo que dejarse conducir por Él si quería avanzar. Sin embargo, si él o cualquier otra persona deseaba algo más revelado de la Palabra, el Señor era y seguía siendo el Mismo, un Dador siempre dispuesto.
El Señor aconsejó a Jakob Lorber y a sus amigos (nota: la mayoría de ellos eran católicos) —en vista de las fiestas católicas que han degenerado en los días de ejecución de Sus hijos— que no establezcan una ceremonia anual de conmemoración entre ellos, sino que todos los días deberían ser un día de descanso en Su Gracia, Amor y Misericordia. Cada día debe ser un día de fiesta para ellos, un día de reposo (sabbat), el más verdadero en el Amor que obra por el Señor, ya que el Señor siempre muestra Su gracia, Amor y Misericordia todos los días del año. Para que de esta manera ellos fueran continuamente bendecidos por el Señor todos los días.